miércoles, 5 de noviembre de 2014

wherever you are

Necesito buscarme... Necesito encontrarme... ¿Qué demonios necesito? Pues no lo sé.

Necesito BDSM, necesito caricias, necesito besos, necesito plena disposición, necesito a alguien con quién romper a llorar, necesito a alguien con quien cortar a la vida, con quien matar al tiempo y resucitar a los dolores, dolores que crean mil y un orgasmos, y un cuarto más, y un poquito más.

Necesito esos momentos post-depresivos que tanto me encantan, de los que tanto vivo. Necesito el humo de cigarrillo matando a mis pulmones, quitándome vida, vida de mierda, vida preciosa, vida.

vida.

miércoles, 9 de julio de 2014

Bailar por segunda vez y.. esperemos que la definitiva.

Qué difícil se me hace todo cuando se trata de hacerle daño a ella... Pero no puedo renunciar a él, porque él es quien hace que siga viva.. que siga adelante. Él. ¿qué habría hecho yo si no hubiera estado ahí?  No lo sé...
Me siento mal, dolida y un poco miserable, la estoy haciendo sufrir, pero ella lo superará, él no podría, yo sin él no podría... Dios.
¿Porqué todo se complica tanto? ¿Porqué yo?

Pero ella debe asumir que, yo sin él no puedo vivir, y tampoco puedo vivir con la carga de haber dejado a quién puede ser el amor de mi vida por alguien más. No podría.

jueves, 3 de julio de 2014

Ellas.

Nunca me había dado cuenta de lo que era, sinceramente, encontraba normal y corriente tener esos gustos, esa atracción, ese deseo.

Pero no era así.

Desde pequeña esta sociedad siempre me hizo dar por hecho que me debían de gustar sólo los chicos, como si esa fuera mi única opción, pero así no era.


No voy a negar que me atraen los chicos, lo hacen, me enamoré verdaderamente de una persona, y esa persona era un chico, y lo deseaba.
Pero también he llegado a querer y a desear a chicas y, si soy sincera, con más frecuencia que a los chicos.
Desde pequeña veía a una chica y si me atraía, ni aunque sea físicamente, fantaseaba con tocar suavemente con mis manos sus dulces y suaves pechitos, siempre soñaba con hacerles sexo oral, con bajar hasta su monte de venus y lamer, suave e intensamente su clítoris, mover con mis dedos sus adentros y hacerlas gemir de placer, pidiéndome, suplicándome cada vez más y más.
Cinco chicas gritaron mi nombre entre orgasmos, a mí, eso me hacía realmente feliz. Tuve tres novias, tres maravillosas novias a las que llegué a querer tanto como a persona y sexualmente hablando. Se podría decir que, lesbicamente, no soy virgen. Me encantaba cuando veía sus pieles, algunas pálidas y delicadas, otras morenas y firme, todas jodidamente excitantes. Cuando decía a mi madre que iba a dormir a casa de “una amiga” y la adrenalina que nos cogía cuando intentábamos hacer el menor ruido para que no nos pillaran sus padres... O los míos.
Cuando me chupaban el clítoris, intensamente, cuando me metían sus dedos hasta el fondo y me hacían querer gritar o romperme... Nunca he sentido algo así con un chico, y no creo que sea igual, de ninguna manera.

Recuerdo que a J, le encantaba que comenzara con leves caricias y pinchazos en los pezones, eso le ponía a mil, a veces incluso lloraba cuando llegaba a los orgasmos, era una chica sumamente pálida, con una piel preciosa, unos pechitos de azúcar, pequeños, pero encantadores, tan encantadores como su coñito rojo y hinchado de placer al acabar con espasmos de deseo. Había una cosa que adoraba de ella, la hacía terriblemente tierna, incluso para mí, me decía “gracias” cada vez que con lágrimas en los ojos conseguía un orgasmo gurutal a base de gritos suyos que sonaban como música para mis oídos. El sexo para nosotras era como conectar de una manera bonita, dulce y delicada. Y eso para mí no era suficiente, supongo.

A era una chica pequeña, yo a su lado parecía una hermana mayor, pero A sabía como compensar su estatura. En el sexo era jodidamente salvaje, le gustaba hacérmelo duro, sudar. Había algo en ella que me parecía extraño por primera vez, con J siempre yo le comía su vagina a mi ritmo, pero A me agarraba de los pelos, y eso en cierta forma me encantaba, era extraño, pero placentera la idea de pensar que así ella disfrutaba más. Sólo que yo nunca fui una chica de seguir órdenes. Soy sádica después de todo, y bueno, por motivos de dominación lo nuestro no fue ni de lejos la mejor ruptura. Pero hay que reconocer que esa chica llevaba puestos unos buenos pantalones, me chupaba los pezones de una manera que se ponían duros y erectos, hasta el punto que dolía y daba un gusto exquisito.

R sin embargo, no fue una chica que haya puesto alguna vez muchas ganas en la relación en si, pero hubieron buenos momentos, era una chica muy finita, muy delgadita, y adoraba abrirla de piernas a mi antojo y que ella nunca hubiera puesto objeción alguna a ello, me gustaba pasar mi lengua por su coñito, gemía como una perra y eso me ponía incluso más, fue con quien comencé a hacer prácticas sadomasoquistas, fueron algunas palmadas en el trasero, o algunos arañazos, a ella le gustaba a la hora del sexo, era dócil, pero cuando pasaba todo aquello se ponía más imbécil que el sexo no acabó siendo suficiente. Eso sí, tenía el coño más deseable que he llegado a probar.

No entiendo el porqué, pero siempre he sido de las que disfrutan más comiendo coños que siendo comidas. Disfrutaba enormemente con ver como esas chicas me suplicaban clemencia, me pedían más y yo las hacía sentir plenas, satisfechas, importantes y queridas, deseadas. Mi debilidad siempre fueron las piernas largas, me daban ganas de recorrerlas con mi lengua hasta llegar a su coño ansioso de mí, tocar sus pechos, suavemente y chuparlos hasta que no puedan más, me encantaba tener relación con chicas, me atraían y me atraen, aún.

Siempre he tenido más ganas de chicas que de chicos, y sinceramente, veo mucho más atractivo el cuerpo, el alma y la forma de ser de las mujeres que de los hombres, pero ese es un tema a parte.


¿Soy lesbiana? Creo que nunca lo fui, desde hace unos 5 años me dí cuenta de que era bisexual, y bueno, me gusta esto, seré lesbiana el día que no vea con deseo a un tío bueno, eso sí. Nunca dejarán de atraerme las chicas, nunca dejaré de tener ganar de tirarlas en mi cama, atarlas y hacerlas gemir con esa vocecilla tan jodidamente excitante que hace que el corazón te vaya a mil.

domingo, 29 de junio de 2014

A 25 aletazos por segundo.

La luna en un rincón...
me desespera.
Han pasado cosas... muchas cosas
a veces pienso en morir
pero en morirme a su lado
la muerte más dulce
un acabar sin final.


Mucha gente da por sabido
que estoy perdida
cometo errores
pero estoy encontrándome a mi misma
y más que nunca.
Y estoy empezando a vivir
y a amar
y a sentir
me siento jodidamente viva, ¿sabéis?
y percibo que no tendrá final.


Es como si fuera un picaflor, voy demasiado rápido, a 25 aletazos por segundo.
¿Que se espera de ello? ¿Que acabe mal? Yo no.
Estoy viviendo, para los demás puede que rápido...
Pero desde mi punto de vista, voy a cámara lenta.
Lo capto todo, lo siento todo, lo hago mío.
Pero los demás me ven como un picaflor.
A 25 aletazos por segundo de su realidad.


¿Y qué cosas digo? La mayoría de ellas no tiene jodido sentido.
Me da igual, habrá alguien ahí afuera que entienda mi rompecabezas personal.
O al final resultará que soy única.
O al final resultará que soy normal.
O al final resultará que estás leyendo esto, y pierdes el tiempo, pues solo soy yo, y el mundo.
Y nadie.
Y nada.

jueves, 26 de junio de 2014

Debería irme a la ducha, no se me ocurre un título inteligente y metódicamente trabajado.

Jodida canción.
Me hace sentir terriblemente triste y sola, pero es tan preciosa que lo único que puedo hacer es dar al replay.
Gracias Xavi, por enseñarme esta canción, y de paso vete a la mismísima mierda.
Lo único que hace esta maldita canción es que quiera llorar y coger un puto tren, e ir junto a él.
No.
Demasiado lejos.
Demasiadas personas.
Demasiado mundo.
Y muy poco él.
Ay... Me pasaría toda una eternidad mirándole a los ojos, con eso me conformaría, con poder ver que él es real, me estoy enamorando jodidamente demasiado, y lo intento, intento controlarlo, ponerle un límite, pero no puedo, no puedo parar algo que es tan sublime y tan increíble, algo tan mágico y por lo visto, real.
"Canción de amor y muerte" en replay, otra vez. Ya la décima del día.
Cómo puedo sentir algo así por alguien a quién no he podido tocar, oler, sentir?
Eso prueba lo poco que siempre me importó la distancia, sea en la amistad, sea en el amor... o en el odio.


sábado, 21 de junio de 2014

C

Yo no sé si esto me llevará a alguna parte.
Sólo se que estoy envejeciendo muy rápido.
Me siento morir.
Mis miedos acechan mi mente cada noche, cuando pienso en ti.
Y jamás olvidaré ese 8 de abril, puede que haya sido el mejor día de mi vida,
o el peor.
Pues enamorarme de ti,
me hace sentir más viva que nunca,
y nunca he tenido tanto miedo a morir, es más, antes lo deseaba con todo mi ser.
Ahora si voy a alguna parte,
quiero que sea entre tus infiernos, para trabajar en ellos, y así convertirlos en un cielo lleno de paz, de serenidad.

¿Sabes lo desgarrador que es tener miedo a la muerte? ¿A quedarme sin ti?
Yo antes gemía por morir sangrientamente,
y bajar al infierno a beberme un aguardiente con el diablo y ver a los demás sufrir, con llantos de fondo, sin esperanza, sin nada.
Yo antes deseaba todo eso.
Pero ahora te tengo a ti...
Y no sé si dios piensa en matarme, o el diablo por dejar de desear su humilde y calurosa morada.
Tu estás en mis sueños, que le den a los dos, el de arriba y el de abajo.
Me quedo con el del medio, no me importa sufrir.

Contigo sufrir es permanecer a la espera de mil y un orgasmos
y a amaneceres en ninguna parte
solo en tu cuerpo, en tu alma
siendo uno y besándonos los buenos días, como nosotros sabemos.

Y yo mordiendo las comisuras de tu cordura,
y de tus labios.
y lamiendo momentos
como lamo yo tu piel.
Y sentir tu piel con la mía
la brisa más bonita del mundo
la sonrisa más arrebatadora de todas
el momento perfecto
miedo aférrimo.

Un te amo
y un te quiero
y un yo más
y más...

martes, 17 de junio de 2014

Sylvia

He dejado de escribir en mi diario,
repentinamente.
Comienzo a recordar de nuevo su pecho subir y bajar con dificultad, sus ojos cerrarse lentamente, su respiración no pudiendo más.
comienzo a recordar cuando la vi morir.

Llevaba el pelo tan blanco, y la piel llena de manchas, llenas de vejez y experiencias que no pude oír.
llevaba tantas arrugas, fueron tantos baches los que tuvo que pasar en su vida, que me sorprende que llegara tan lejos en lo que lucha por vivir se trataba.
Era vieja, era savia, era rencorosa. En cierto sentido era como yo,
y yo hoy en día, soy como ella.

Era vieja, y no por la aplastante edad que llevaba encima, sinó porque tuvo que vivir por ella misma, desde siempre, sin amor, sin esperanza, resignada a llevar una vida machista y atrasada en cuestión de libertad de expresión.

Era savia, porque había cometido tantos errores, que de todos ellos aprendió, a base de palos, de escupitajos en la cara y de humillaciones constantes por no ser nadie. Pero ella era alguien.

Era rencorosa, porque le arrancaron de sus brazos a su pequeña Maria, a su niña, mataron a dos de sus hijos, y Ramona, la mayor, murió con 15 años por una enfermedad que tenía cura, pero que tenia un presupuesto que ella no podía conseguir. A su hijo menor, se lo llevaron a la cárcel.

Ella simplemente odiaba a todo el mundo, se odiaba a si misma.

Ella no supo perdonar ni incluso antes de dejar este mundo. Mantuvo su odio encencido, vivo, pues era de lo único que había vivido durante tantos años.

Pero ella tuvo momentos felices.
Se enamoró
amó a sus hijos
amó a sus nietos
amaba la vida, amaba vivir para los suyos.

Pero murió.
en su cama, a las 16:00 hrs, un día cualquiera. No quiero recordar cual fue. Yo estuve allí para ver su última mirada.. su último aliento, su adiós.
Solo estuve yo.
Y me sentí vacía sin ella,
parte de mi también murió aquel día.

Debería volver a escribir en mi diario, me pasan cosas aburridas, cosas terriblemente aburridas que merecen ser escritas.
Debería irme a dormir.
Voy a dormir.